Continuamos nuestros pasos por San Vicente, una de nuestras ciudades fetiche para las salas.
Como siempre, aparcar por la zona no es especialmente difícil, pero dada la ubicación, en mitad de la ciudad, a lo mejor os tocará dar un par de vueltas hasta que por fin veáis en mitad de una calle un hueco precioso para vuestro coche y que no resulte ser un vado.
La historia nos convertirá en unos nuevos Indiana Jones/Lara Croft/Nathan Drake… (como os queráis llamar, el caso es que seremos una especie de arqueólogos), y nos veremos expuestos a una maldición de la que nos tendremos que liberar en menos de una hora si no queremos formar parte de un museo de historia.
La ambientación resultaba muy acertada. Si no recuerdo mal, cada elemento visible tenía su función, absolutamente todo, así que había que estar pendiente de todo detalle, sin excepciones, e incluso revisar algún objeto más de una vez (sí, lo decimos por experiencia). Aun así, la sala destacaba por su fluidez. A pesar de nuestro atasco (muy propio de nosotros en casi todas las salas), no hubo momento que no dejásemos de hacer cosas, así que no habrá momento de aburrimiento nunca.
No podemos olvidar que estamos en una sala en la que se mezclan puzles a la antigua usanza con otros de corte tecnológico. En este punto quizá deberíamos comentar que tuvimos un pequeño fallo técnico, pero que no se lo tendremos en cuenta para nada, sobre todo porque el Game master ya se encargó de que no hubiera problema alguno (millones de gracias).
Las pistas eran ilimitadas y se daban por walkie. No obstante, antes de entrar se nos ofrecerá la opción de elegir si queremos esperar a que nos las dé el Game master en caso de vernos muy perdidos, o implorarlas si ya no tenemos ni pajolera idea de qué hacer con nuestra vida ahí dentro.
La originalidad es su punto fuerte con diferencia, reforzada en gran parte por el Game master. La introducción nos pareció divertidísima, no sabemos si por la improvisación de este o porque tenía un guion tan interiorizado que sonaba natural. El caso es que sus habilidades actorales quedaron patentadas, demostrando que el humor está por encima de cualquier cosa.
Total, que aun con nuestros atascos, esta es una de esas salas que acabas recordando con una sonrisota enorme en la boca, y pidiendo que no tarden en abrir una nueva, ya no solo por el hecho de tener una sala más cerca de casa (que también), sino por ver cómo nos sorprenden esta vez y qué tal juegan en campos con otro género. De verdad, disfrutamos muchísimo.
| Duración | 60 minutos |
| Género: | Aventuras |
| Nº jugadores: | 2 – 6 |
| Precio por grupo: | 50 € |
| Dificultad: | 3 sobre 5 |
PUNTUACIÓN:
NOTA MEDIA: 7,59
OTROS JUGADORES OPINAN:
CONTACTO:
C/ Lillo Juan 46, San Vicente del Raspeig (Alicante)
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695 52 45 95
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